Estimados colegas,
En primer lugar deseo felicitarlos por su labor en esta publicación. Quienes estamos formándonos en las prácticas de la arqueobiología encontramos aquí un manantial de saber, serio, específico y por si fuera poco, agradable a la lectura.
En segundo lugar, quería compartir el fragmento de una entrevista realizada a Jorge Arturo Talavera González, profesional de la bioarqueología aquí en México, donde critica el proceder de arqueólogos y antropólogos físicos, por el tratamiento que dan a restos óseos o descubrimientos de sus trabajos de campo. La entrevista tiene un par de años, pero de ser así, creo que la situación no debe haber cambiado mucho.
En todo caso -y debido a que mi experiencia en el campo es aún incipiente- quisiera preguntarles a ustedes si lo encuentran correcto, si coinciden con la opinión del sr. Talavera González. Les copio parte de su opinión:
"Consideramos, que es urgente que tanto arqueólogos como antropólogos físicos, se actualicen en la antropología biológica de campo. Ya que es común, que los arqueólogos entreguen los restos óseos en grandes bolsas de plástico (aún húmedos), o en cajas de cartón inadecuadas, sin cédulas de campo, dibujos o fotografías adecuados y muchas veces sin una ubicación precisa del hallazgo, situación que se ha venido criticando por algunos investigadores desde hace mucho tiempo.
Al no tener entrenamiento ni experiencia en recuperación de evidencia osteológica, el material llega muy maltratado al laboratorio, dificultando el proceso de limpieza y restauración, inventario y por lo tanto de su análisis. Por su parte, suele suceder que los antropólogos físicos no toman en cuenta la ubicación del entierro o del resto óseo, dentro de un contexto arqueológico más amplio, ni exploran las posibilidades de estudio de los objetos asociados y las ofrendas mortuorias para comprender al esqueleto y la cultura material como un todo.
Al carecer de información de campo completa, las inferencias que se puedan obtener de este material serán limitadas. Por lo que es necesario formar recursos humanos en la estrategia bioarqueológica para tratar de remediar un problema que aún en la actualidad (en pleno siglo XXI) no se ha superado: el registro adecuado de los esqueletos humanos obtenidos en excavaciones arqueológicas".
Qué les parece esta opinión? Han tenido la misma experiencia?
Les parece que bastaría con un instructivo (bien elaborado) para expertos, que detalle una serie de condiciones a cumplir para la conservación del material en el mejor estado posible? No he encontrado algo así en su publicación, pienso que tal vez sería una idea útil. Pero es mucho más lo que debo aprender que lo que sé, por lo que les agradezco toda opinión al respecto.
Fuentes de la información y las fotos:
Portal de Empleo
